martes, 30 de noviembre de 2010
MÁS ALLÁ DE LAS PALABRAS…
Durante muchos, muchos años dediqué mi vida a la Escuela Media, a los adolescentes, a la Literatura… hoy se cierra una etapa.. Son ustedes mis últimos estudiantes, la última generación de jóvenes a quienes les habré hablado de la importancia de la lectura como un medio para crecer, sentir, reflexionar, identificarse y conocer la esencia del pensamiento humano…De aquí en más sólo me dedicaré a formar a futuros docentes, que tengan pasión por lo que hacen… A veces tuve que ponerme seria, incluso enojarme por un hecho muy simple: deseaba LO MEJOR PARA TODOS Y CADA UNO, lo mejor (a mi criterio) es leer, pensar, ser libre y para lograr esto el único camino posible es el estudio, la responsabilidad, el compromiso… Sé que algún día recordarán esto con una sonrisa.. del mismo modo que yo recuerdo con nostalgia y cariño mi paso por la escuela secundaria, a pesar que hace casi cuarenta años que egresé… A todos les agradezco porque quién más, quién menos sé que se llevan algo en los bolsillos de la vida,de nuestro tiempo compartido, les agradezco la originalidad de frases bellísimas que escribieron como ..
“Más allá del ser y el estar y el ardiente cielo” (Florencia)
“porque la noche pasa y digo amor, ¿sabes? No soy feliz” (Luis)
“y el corazón se siente isla en el infinito de un amarillo amanecer”( Gabriel)
“Ahora siento que tu corazón es un universo profundo” (Antonella)
“Esta historia transcurre en un bosque que era como un laberinto sinuoso”
“Sólo se puede ver una sedienta sombra entre la muchedumbre” (Ayelén)
“en aquella época existían dos bosques voluptuosos” (Rocío)
“en mi más profundo lamento de silencio” (Gaby)
“en un cilindro un trago bondadoso, espumoso, ardiente” (Julia)
“tu transparente cuerpo disipado en aquel vacilante cielo” (Lucía)
“libérame de este amarillo refugio sutil” (Carlos)
“Sedienta soledad, toda hecha de nada..” (Franchi)
“Dolor, insólito dolor
Te encuentro sin querer encontrarte” (Matías)
“Una sedienta lágrima cae hacia el cielo” (Nazareno)
Entonces con una sonrisa pensé.. si lograron atrapar la palabra qué más necesitan… por eso, por las ganas, por el compromiso, por la rebeldía, porque son jóvenes, porque siempre los recordaré porque les deseo lo mejor, quiero que tengan unas muy felices vacaciones, hasta siempre, sinceramente, Estela
lunes, 15 de noviembre de 2010
EL BOOM DE LA LITERATURA LATINOAMERICANA
En esta clase veremos algunos conceptos acerca de ese fenómeno llamado BOOM y además comenzaremos por ubicarnos en el contexto histórico que corresponde tanto a la novela de Rulfo, “Pedro Páramo” como a la novela de Ángeles Mastreta “Arráncame la vida”, de hecho me estoy refiriendo a la REVOLUCIÓN MEXICANA…Para hacerlo vamos a partir de la lectura de un cuento breve de Juan Rulfo
Nos han dado la tierraOriginalmente publicado en la revista Pan (de Guadalajara)
Nº 2, julio, 1945
(El llano en llamas, 1953)
Después de tantas horas de caminar sin encontrar ni una sombra de árbol, ni una semilla de árbol, ni una raíz de nada, se oye el ladrar de los perros.
Uno ha creído a veces, en medio de este camino sin orillas, que nada habría después; que no se podría encontrar nada al otro lado, al final de esta llanura rajada de grietas y de arroyos secos. Pero si, hay algo. Hay un pueblo. Se oye que ladran los perros y se siente en el aire el olor del humo, y se saborea ese olor de la gente como si fuera una esperanza.
Pero el pueblo está todavía muy allá. Es el viento el que lo acerca.
Hemos venido caminando desde el amanecer. Ahorita son algo así como las cuatro de la tarde. Alguien se asoma al cielo, estira los ojos hacia donde está colgado el sol y dice:
—Son como las cuatro de la tarde.
Ese alguien es Melitón. Junto con él, vamos Faustino, Esteban y yo. Somos cuatro. Yo los cuento: dos adelante, otros dos atrás. Miro más atrás y no veo a nadie. Entonces me digo: "Somos cuatro." Hace rato, como a eso de las once, éramos veintitantos; pero puñito a puñito se han ido desperdigando hasta quedar nada más este nudo que somos nosotros.
Faustino dice:
—Puede que llueva.
Todos levantamos la cara y miramos una nube negra y pesada que pasa por encima de nuestras cabezas. Y pensamos: “Puede que sí.”
No decimos lo que pensamos. Hace ya tiempo que se nos acabaron las ganas de hablar. Se nos acabaron con el calor. Uno platicaría muy a gusto en otra parte, pero aquí cuesta trabajo. Uno platica aquí y las palabras se calientan en la boca con el calor de afuera, y se le resecan a uno en la lengua hasta que acaban con el resuello. Aquí así son las cosas. Por eso a nadie le da por platicar.
Cae una gota de agua, grande, gorda, haciendo un agujero en la tierra y dejando una plasta como la de un salivazo. Cae sola. Nosotros esperamos a que sigan cayendo más. No llueve. Ahora si se mira el cielo se ve a la nube aguacera corriéndose muy lejos, a toda prisa. El viento que viene del pueblo se le arrima empujándola contra las sombras azules de los cerros. Y a la gota caída por equivocación se la come la tierra y la desaparece en su sed,
¿Quién diablos haría este llano tan grande? ¿Para qué sirve, eh?
Hemos vuelto a caminar. Nos habíamos detenido para ver llover. No llovió. Ahora volvemos a caminar. Y a mí se me ocurre que hemos caminado más de lo que llevamos andado. Se me ocurre eso. De haber llovido quizá se me ocurrieran otras cosas. Con todo, yo sé que desde que yo era muchacho, no vi llover nunca sobre el Llano, lo que se llama llover.
No, el Llano no es cosa que sirva. No hay ni conejos ni pájaros. No hay nada. A no ser unos cuantos huizaches trespeleques y una que otra manchita de zacate con las hojas enroscadas; a no ser eso, no hay nada.
Y por aquí vamos nosotros. Los cuatro a pie. Antes andábamos a caballo y traíamos terciada una carabina. Ahora no traemos ni siquiera la carabina.
Yo siempre he pensado que en eso de quitarnos la carabina hicieron bien. Por acá resulta peligroso andar armado. Lo matan a uno sin avisarle, viéndolo a toda hora con “la 30” amarrada a las correas. Pero los caballos son otro asunto. De venir a caballo ya hubiéramos probado el agua verde del río, y paseado nuestros estómagos por las calles del pueblo para que se les bajara la comida. Ya lo hubiéramos hecho de tener todos aquellos caballos que teníamos. Pero también nos quitaron los caballos junto con la carabina.
Vuelvo hacia todos lados y miro el Llano. Tanta y tamaña tierra para nada. Se le resbalan a uno los ojos al no encontrar cosa que los detenga. Sólo unas cuantas lagartijas salen a asomar la cabeza por encima de sus agujeros, y luego que sienten la tatema del sol corren a esconderse en la sombrita de una piedra. Pero nosotros, cuando tengamos que trabajar aquí, ¿qué haremos para enfriarnos del sol eh? Porque a nosotros nos dieron esta costra de tepetate para que la sembráramos.
Nos dijeron:
—Del pueblo para acá es de ustedes.
Nosotros preguntamos:
—¿El Llano?
—Sí, el Llano. Todo el Llano Grande.
Nosotros paramos la jeta para decir que el Llano no lo queríamos. Que queríamos lo que estaba junto al río. Del río para allá, por las vegas, donde están esos árboles llamados casuarinas y las paraneras y la tierra buena. No este duro pellejo de vaca que se llama el Llano.
Pero no nos dejaron decir nuestras cosas. El delegado no venía a conversar con nosotros. Nos puso los papeles en la mano y nos dijo:
—No se vayan a asustar por tener tanto terreno para ustedes solos.
—Es que el Llano, señor delegado...
—Son miles y miles de yuntas.
—Pero no hay agua. Ni siquiera para hacer un buche hay agua.
¿Y el temporal? Nadie les dijo que se les iba a dotar con tierras de riego. En cuanto allí llueva, se levantará el maíz como si lo estiraran.
—Pero, señor delegado, la tierra está deslavada, dura. No creemos que el arado se entierre en esa como cantera que es la tierra del Llano. Habría que hacer agujeros con el azadón para sembrar la semilla y ni aun así es positivo que nazca nada; ni maíz ni nada nacerá.
—Eso manifiéstenlo por escrito. Y ahora váyanse. Es al latifundio al que tienen que atacar, no al Gobierno que les da la tierra.
—Espérenos usted, señor delegado. Nosotros no hemos dicho nada contra el Centro. Todo es contra el Llano... No se puede contra lo que no se puede. Eso es lo que hemos dicho... Espérenos usted para explicarle. Mire, vamos a comenzar por donde íbamos...
Pero él no nos quiso oír.
Así nos han dado esta tierra. Y en este comal acalorado quieren que sembremos semillas de algo, para ver si algo retoña y se levanta. Pero nada se levantará de aquí. Ni zopilotes. Uno los ve allá cada y cuando, muy arriba, volando a la carrera; tratando de salir lo más pronto posible de este blanco terrenal endurecido, donde nada se mueve y por donde uno camina como reculando.
Melitón dice:
—Esta es la tierra que nos han dado.
Faustino dice:
—¿Qué?
Yo no digo nada. Yo pienso: “Melitón no tiene la cabeza en su lugar. Ha de ser el calor el que lo hace hablar así. El calor, que le ha traspasado el sombrero y le ha calentado la cabeza. Y si no, ¿por qué dice lo que dice? ¿Cuál tierra nos ha dado, Melitón? Aquí no hay ni la tantita que necesitaría el viento para jugar a los remolinos.”
Melitón vuelve a decir:
—Servirá de algo. Servirá aunque sea para correr yeguas .
—¿Cuáles yeguas? —le pregunta Esteban.
Yo no me había fijado bien a bien en Esteban. Ahora que habla, me fijo en él.
Lleva puesto un gabán que le llega al ombligo, y debajo del gabán saca la cabeza algo así como una gallina.
Sí, es una gallina colorada la que lleva Esteban debajo del gabán. Se le ven los ojos dormidos y el pico abierto como si bostezara. Yo le pregunto:
—Oye, Teban, ¿dónde pepenaste esa gallina?
—Es la mía dice él.
—No la traías antes. ¿Dónde la mercaste, eh?
—No la merque, es la gallina de mi corral.
—Entonces te la trajiste de bastimento, ¿no?
—No, la traigo para cuidarla. Mi casa se quedó sola y sin nadie para que le diera de comer; por eso me la traje. Siempre que salgo lejos cargo con ella.
—Allí escondida se te va a ahogar. Mejor sácala al aire.
Él se la acomoda debajo del brazo y le sopla el aire caliente de su boca. Luego dice:
—Estamos llegando al derrumbadero.
Yo ya no oigo lo que sigue diciendo Esteban. Nos hemos puesto en fila para bajar la barranca y él va mero adelante. Se ve que ha agarrado a la gallina por las patas y la zangolotea a cada rato, para no, golpearle la cabeza contra las piedras.
Conforme bajamos, la tierra se hace buena. Sube polvo desde nosotros como si fuera un atajo de mulas lo que bajará por allí; pero nos gusta llenarnos de polvo. Nos gusta. Después de venir durante once horas pisando la dureza del Llano, nos sentimos muy a gusto envueltos en aquella cosa que brinca sobre nosotros y sabe a tierra.
Por encima del río, sobre las copas verdes de las casuarinas, vuelan parvadas de chachalacas verdes. Eso también es lo que nos gusta.
Ahora los ladridos de los perros se oyen aquí, junto a nosotros, y es que el viento que viene del pueblo retacha en la barranca y la llena de todos sus ruidos.
Esteban ha vuelto a abrazar su gallina cuando nos acercamos a las primeras casas. Le desata las patas para desentumecerla, y luego él y su gallina desaparecen detrás de unos tepemezquites.
—¡Por aquí arriendo yo! —nos dice Esteban.
Nosotros seguimos adelante, más adentro del pueblo.
La tierra que nos han dado está allá arriba.
domingo, 24 de octubre de 2010
LEER POR LEER
TALLER DE POESÍA
LA ÚNICA CONSIGNA ES LEER, SALTAR LAS PALABRAS,
SUMERGIRSE
EN ELLAS,
PALPARLAS,
DISFRUTARLAS, SABOREARLAS, ENREDARLAS Y PENSAR EN RE ESCRIBIR Y DECIR LO QUE CADA UNO SIENTA… ¿SE ANIMAN?
TRÍPTICO
I
Tendido
entre lo blanco,
la vi.
Se aproximaba.
Las pupilas baldías,
el cuerpo inhabitado,
sin cabellos,
sin labios, inasible,
vacía;
junto a mí
a mi lado...
¡Toda hecha de nada!
Se sentó.
¿Me esperaba?
La miré.
Me miraba.
II
Ya estaba entre sus brazos
de soledad,
y frío,
acalladas las manos,
las venas detenidas, sin un pliegue en los párpados,
en la frente,
en las sábanas;
más allá de la angustia,
desterrado del aire,
en soledad callada,
en vocación de polvo,
de humareda,
de olvido.
III
¿Era yo,
la voz muerta,
los dientes de ceniza,
sin brazos,
bajo tierra,
roído por la calma,
entre turbias corrientes,
de silencio,
de barro?
¿Era yo,
por el aire,
ya lejos de mis huesos,
la frente despoblada,
sin memoria,
ni perros,
sobre tierras ausentes,
apartado del tiempo,
de la luz,
de la sombra;
tranquilo,
transparente?
(OLIVERIO GIRONDO )
Se me va de los dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos... En el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida ¿quién la recogerá?
Pude amar esta noche con piedad infinita,
pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida, rodará... rodará...
Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va.
Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,
si es el aire quien teje la ilusión de besar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida, ¿me reconocerás?
LA CARICIA PERDIDA de A. Storni
Cuando sale la luna
se pierden las campanas
y aparecen las sendas
impenetrables.
Cuando sale la luna,
el mar cubre la tierra
y el corazón se siente
isla en el infinito.
Nadie come naranjas
bajo la luna llena.
Es preciso comer
fruta verde y helada.
Cuando sale la luna
de cien rostros iguales,
la moneda de plata
solloza en el bolsillo.
CUANDO SALE LA LUNA DE Federico G. Lorca
Soneto II
Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso,
qué soledad errante hasta tu compañía!
Siguen los trenes solos rodando con la lluvia.
En Taltal no amanece aún la primavera.
Pero tú y yo, amor mío, estamos juntos,
juntos desde la ropa a las raíces,
juntos de otoño, de agua, de caderas,
hasta ser sólo tú, sólo yo juntos.
Pensar que costó tantas piedras que lleva el río,
la desembocadura del agua de Boroa,
pensar que separados por trenes y naciones
tú y yo teníamos que simplemente amarnos,
con todos confundidos, con hombres y mujeres,
con la tierra que implanta y educa los claveles.
Cien sonetos de amor, de Pablo Neruda
Soneto V
No te toque la noche ni el aire ni la aurora,
sólo la tierra, la virtud de los racimos,
las manzanas que crecen oyendo el agua pura,
el barro y las resinas de tu país fragante.
Desde Quinchamalí donde hicieron tus ojos
hasta tus pies creados para mí en la Frontera
eres la greda oscura que conozco:
en tus caderas toco de nuevo todo el trigo.
Tal vez tú no sabías, araucana,
que cuando antes de amarte me olvidé de tus besos
mi corazón quedó recordando tu boca
y fui como un herido por las calles
hasta que comprendí que había encontrado,
amor, mi territorio de besos y volcanes.
Cien sonetos de amor, de Pablo Neruda
Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña dulce
corazón coraza
CORAZON CORAZA de M. Benedetti)
TODO ERA AZUL
Todo era azul delante de aquellos ojos y era
verde hasta lo entrañable, dorado hasta muy lejos.
Porque el color hallaba su encarnación primera
dentro de aquellos ojos de frágiles reflejos.
Ojos nacientes: luces en una doble esfera.
Todo radiaba en torno como un solar de espejos.
Vivificar las cosas para la primavera
poder fue de unos ojos que nunca han sido viejos.
Se los devoran. ¿Sabes? No soy feliz. No hay goce
como sentir aquella mirada inundadora.
Cuando se me alejaba, me despedí del día.
La claridad brotaba de su directo roce,
pero los devoraron. Y están brotando ahora
penumbras como el pardo rubor de la agonía.
De Miguel Hernández
Todo nos amenaza:
el tiempo, que en vivientes fragmentos divide
al que fui
del que seré,
como el machete a la culebra;
la conciencia, la transparencia traspasada,
la mirada ciega de mirarse mirar;
las palabras, guantes grises, polvo mental sobre la yerba,
el agua, la piel;
nuestros nombres, que entre tú y yo se levantan,
murallas de vacío que ninguna trompeta derrumba.
Ni el sueño y su pueblo de imágenes rotas,
ni el delirio y su espuma profética,
ni el amor con sus dientes y uñas nos bastan.
Más allá de nosotros,
en las fronteras del ser y el estar,
una vida más vida nos reclama.
Afuera la noche respira, se extiende,
llena de grandes hojas calientes,
de espejos que combaten:
frutos, garras, ojos, follajes,
espaldas que relucen,
cuerpos que se abren paso entre otros cuerpos.
Tiéndete aquí a la orilla de tanta espuma,
de tanta vida que se ignora y se entrega:
tú también perteneces a la noche.
Extiéndete, blancura que respira,
late, oh estrella repartida,
copa,
pan que inclinas la balanza del lado de la aurora,
pausa de sangre entre este tiempo y otro sin medida.
Más allá del amor, de O. Paz
SALVACIÓN
Se fuga la isla
Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a descubrir la muerte del pájaro profeta
Ahora
es el fuego sometido
Ahora
es la carne
la hoja
la piedra
perdidos en la fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilación
que purifica la caída de la noche
Ahora
la muchacha halla la máscara del infinito
y rompe el muro de la poesía.
De Alejandra Pizarnik
El animal totémico con sus uñas de luz,
los ojos que junta la oscuridad debajo de la cama,
el ritmo misterioso de tu respiración, la sombra
que tu sudor dibuja en el olfato, el día ya inminente.
Entonces me enderezo, todavía batido por las aguas del sueño,
vuelvo de un continente a medias ciego
donde también estabas tú pero eras otra,
y cuando te consulto con la boca y los dedos, recorro el
horizonte de tus flancos
(dulcemente te enojas, quieres seguir durmiendo, me dices
bruto y tonto,
te debates riendo, no te dejas tomar pero ya es tarde,
un fuego
de piel y de azabache, las figuras del sueño)
el animal totémico a los pies de la hoguera
con sus uñas de luz y sus alas de almizcle.
Y después despertamos y es domingo y febrero.
Ceremonia Recurrente de Julio Cortázar
Entre mujeres alta ya, la niña
quiere llamarse Viento.
Y el mundo es una rama que se dobla
casi junto a sus manos,
y la niña quisiera
tener filos de viento.
Pero no es hora, y ríe
ya entre mujeres alta:
sus dedos no soltaron todavía
el nudo de la guerra
ni su palabra inauguró en las vivas
regiones de dolor, campos de gozo.
Su boca está cerrada
junto a las grandes aguas.
Y dicen los varones:
«Elogios impacientes la maduran:
cuando se llame Viento
nos tocará su mano
repleta de castigos.»
Y las mujeres dicen:
«Nadie quebró su risa:
maneras de rayar le enseñaron los días.»
La niña entre alabanzas amanece:
cantado es su verdor,
increíble su muerte.
Adolescente de Leopoldo Marechal
lunes, 18 de octubre de 2010
Durante La clase de hoy
vamos a retomar algunos conceptos que parecen no tener del todo claros y continuaremos con la exposición de los Movimientos Culturales. Recuerden que la evaluación, que incluye dos obras de teatro y la película sobre la obra de Shakespeare será el día lunes 1/ 11/ 10. Bien, vamos a la clase.
Una época histórica es un corte metodológico que se hace en el proceso temporal para comprenderlo mejor (Antigüedad, E.Media, Moderna, Contemporánea..) El movimiento cultural, es a la vez un emergente y un determinante de la época, vale decir, es el conjunto de las actividades humanas regidas por una misma tendencia debido a la presencia de cierto número de ideas comunes, que reciben el nombre de cosmovisión. Es muy importante que Uds. tengan claro que el paso de una época a otra es un PROCESO y que por lo tanto no podemos hablar de fechas exactas. La cosmovisión va a cambiar cuando se replantean los valores vigentes.
Pero una vez más iniciaremos el camino hacia un cambio de mentalidad. Como ya dijimos todo es un proceso lento, así algunas circunstancias de tipo científico, político, etc., van a generar la crisis. Veamos como comienza la primera batalla de la ciencia moderna contra la antigua concepción del mundo, si bien Copérnico había abierto la primera brecha con respecto a este tema, sus ideas no fueron reconocida ni aceptadas hasta que Kepler y Galileo confirmaron sus descubrimientos: el hombre no es el centro del universo... los planetas giran alrededor del sol, al mismo tiempo los viajes, descubrimientos y conquistas hacen que los europeos se sientan sólo como un pequeño continente más;el ideal de armonía y perfección se va desvaneciendo poco a poco, el joven Martín Lutero cuestiona a las autoridades de la Iglesia y finalmente esta termina “quebrándose” a partir de la Reforma y su contrapartida la Contrareforma estos dos “bandos” van a significar luchas ideológicas, persecuciones, caza de brujas y de gatos, pestes y guerras...como Uds. verán un panorama un tanto desalentador, tan desalentador que un dramaturgo español escribe: “¿Qué pecado cometí
contra la vida al nacer?
Aunque si nací ya sé el pecado cometido
ya que el pecado mayor del hombre
es haber nacido”
La cosmovisión de este nuevo período llamado BARROCO la conoceremos como “Angustia existencial”...En efecto, la confianza del Renacimiento en el hombre y en la razón ya no se puede mantener, como tampoco el ideal de la perfección, el hombre del siglo XVII se siente vacío, en un mundo en donde todo parece tambalearse. Es esta sin embargo (como todas las épocas de crisis) una época de gran producción artística. En materia de artes plásticas se destacan los cloroscuros, cuerpos retorcidos en las sombras, falta de equilibrio, muchos personajes.. La escultura forma parte de la arquitectura y ésta se caracteriza por el exceso de ornamentos (recargazón).
Con respecto a la literatura el Quijote es la respuesta que da Cervantes a la situación española. En el Quijote se aprecia muy bien esta “dualidad” típica barroca a través de las figuras del hidalgo y su escudero Sancho, quienes más que oponerse se complementan. Shakespeare es otro claro ejemplo de la literatura de la época. Volviendo a la literatura española que es la que nos ocupa mencionaremos al genial Lope de Vega y a los poetas Góngora y Quevedo.
En materia de arte musical mencionaremos el nacimiento de la ópera.
Una vez más después de un período retorcido y complejo sobrevendrá un intento de equilibrio en donde una vez mas el racionalismo tendrá un papel protagónico, el nuevo movimiento se llamará NEOCLASICISMO y significará un nuevo retorno a las normas clásicas, claro que sin el éxito renacentista, un crítico lo llama “café colado por tercera vez” para darnos una idea...
La cosmovisión de esta época la sintetizaremos a través de la frase de Descartes: “Pienso, luego existo” En efecto es esta una época de grandes pensadores tales como Rousseau, Voltaire, Diderot, Kant, Montesquieu, la mayoría de ellos ideólogos de la Revolución Francesa. El neoclasicismo básicamente critica los excesos del barroco, nace así un nuevo ideal estético que propone una literatura racional y especialmente didáctica que se atiene a normas preestablecidas y trata de alejarse de los artificios, este tipo de literatura rescata la figura de Garcilaso de la Vega y condena a Góngora. La poesía de esta época no fue muy gloriosa que digamos ya que carecía de musicalidad y de brillantez, los hombres del Neoclasicismo fueron más bien eruditos que poetas, autores de excelentes enciclopedias y de una nueva e interesante Gramática de la Lengua Castellana.
Claro que más allá de este espíritu racionalista se encuentra un arte fuertemente sensual al que se lo denominó ROCOCÓ, así nacen las finísimas miniaturas hechas en nácar y materiales preciosos, el lujo y la elegancia en jardines y palacios. Si bien es cierto que la pintura de este período en general es bastante mediocre, aparecen numerosos salones de arte, lo que se considera como un gran acontecimiento social.
La Revolución Francesa (1789) abre una etapa de gran violencia en Europa, con la ruptura de todos los órdenes establecidos, lo que continúa con el reinado y las conquistas napoleónicas hasta que éste es derrotado y se restaura la monarquía llamada legítima. Imaginen Uds. el sentimiento de frustración de aquellos hombres que habían luchado con la idea de libertad, igualdad y fraternidad y de golpe se encontraban de nuevo frente a la restauración del antiguo régimen, en otras palabras los principios de la Rev. Francesa habían sido condenados en pos de la defensa del Absolutismo. Esto era algo casi irracional, de manera que la cosmovisión que se centraba en la razón fue reemplazada por otra cuyo epicentro serán los sentimientos...
Estamos frente a un nuevo movimiento cultural que recibirá el nombre de ROMANTICISMO, un movimiento realmente revolucionario que cambiará para siempre el curso de la Historia del Arte, un fuerte movimiento de desequilibrio que no permitirá una vuelta definitiva a las rígidas normas clásicas...
Para poder entender este movimiento tenemos que analizar una serie de fenómenos políticos, sociales y económicos.
Veamos, Uds. saben que la revolución Industrial significó la promoción económica y social de la burguesía (que logró acceder al poder político gracias a la R. F.).
La aparición de la economía capitalista, del empresariado, la acumulación de la población en las ciudades, trajo como resultado el surgimiento de una nueva clase social: el proletariado urbano. Recordemos que antes quien nacía princesa moría princesa y lo mismo le sucedía a una mendiga, pero ahora las cosas eran distintas y la posición social podía determinarse por la riqueza y el éxito, había “cierta libertad” para ascender a la “cúspide” de la pirámide...La ideología que sustenta todos estos cambios políticos, sociales y económicos recibe el nombre de liberalismo. Políticamente el liberalismo se opone al Absolutismo, en cuanto considera al hombre un ser dotado de ciertos derechos: libertad, igualdad, propiedad y seguridad. Esta doctrina propugna que el Estado garantice estos derechos y que el individuo pueda ejercer un control sobre la acción Estatal mediante su participación en la política. Económicamente la teoría del liberalismo propone la NO-INTERVENCIÓN del Estado en asuntos económicos, suponiendo que la búsqueda del bienestar económico que haga cada individuo para sí mismo redundará en beneficio de toda la sociedad. Las ideas liberales que propiciaba la burguesía, por aquel entonces aliada al proletariado triunfaron en la revolución de 1830 cuando burgueses y obreros asaltaron armerías, levantaron barricadas y consiguieron la abdicación del Rey.
Sería muy interesante que se detuvieran a reflexionar un momento sobre lo que esto significaba: piensen Uds. en la enorme cantidad de desajustes, la ruptura de una sociedad tradicional, la ruptura de un orden político que había regido durante años, la aparición de una nueva clase social (el proletariado)..todo esto va a ser captado por los artistas de la época...
Ahora bien, ¿Cómo son esos artistas? El artista romántico se cree un ser excepcional y único, distinto del resto de la sociedad, por la que se siente incomprendido y no debidamente valorado y esto lo hace llevar un modo de vida no convencional, siente que su enemigo principal es el burgués, de espíritu mezquino y poco sensible, mientras que él lucha en contra de la hipocresía, dedicándose sólo al arte sin reparar en las necesidades económicas. Esta situación de “automarginación” que genera el propio artista trae como consecuencia algunas de las características más notables de este movimiento:
• Sentimiento de soledad
• Entusiasmo por la naturaleza
• Excentricidad
• Fuga hacia el pasado (Revalorización de los ideales medievales)
• Gusto por lo exótico
• Egocentrismo
• Individualismo
• El romántico atribuye a la naturaleza sus propios estados de ánimo y esta característica recibe el nombre de Subjetivación de la naturaleza. Por otra parte el AMOR llega a considerarse no sólo una pasión sino una virtud, un sentimiento que ennoblece a quienes lo experimentan porque es una manifestación Divina. La expresión más sublime del amor romántico está dada en el amor frustrado ya sea por las convenciones sociales o por la muerte. La mujer por ser la destinataria principal del amor cobra una singular importancia y hubo dos tendencias al representarla: la mujer-ángel y la mujer-demonio, aunque de acuerdo a una rima de Becquer (el gran poeta romántico español) la mujer más deseada era la mujer imposible...
• Otra característica de este movimiento es la valoración de todo lo folklórico y nacional.
En materia de música aparecen grandes compositores, entre los que mencionaremos a Chopin, Lizt, Wagner.
Con respecto a las artes plásticas gustan pintar paisajes, surge la técnica de la acuarela, otro tema predilecto de estos pintores son las figuras orientales, los colores son vivos y de gran luminosidad. Hay un gran desarrollo del grabado que se utiliza para la ilustración de textos literarios. Con respecto a la arquitectura no hay un estilo propio sino que este arte se manifiesta como una fuga hacia el pasado.
Podemos diferenciar dos tipos de romanticismo: uno social (de denuncia) y otro sentimental.
En nuestro país el Romanticismo ingresó en 1830 de la mano de Esteban Echeverría y tuvo un carácter altamente combativo y social debido a las circunstancias socio-plíticas que se vivían bajo el gobierno de Rosas.
En síntesis el Romanticismo implicó una liberación política y social en cuanto estuvo ligado a las ideas de socialismo y libertad y veía en la literatura la expresión de un pueblo del cual el escritor era el intérprete privilegiado. También significó una verdadera liberación artística en cuanto no aceptó la sujeción a normas de ningún tipo y una liberación religiosa por su fe en un cristianismo difuso, afectivo, sin dogmas y sin clero. Significó la posibilidad de libre expresión del individuo y en este sentido nuestro siglo XX depende artísticamente del Romanticismo, porque como ya dijimos después de este gran movimiento de liberación no se registra ningún otro intento de normatividad en el arte.-
Bueno, estamos ya ubicándonos en la segunda mitad del siglo XIX, es esta una época también de machismos cambios...Después de haber levantado barricadas juntos burgueses y proletarios, los primeros comprendieron que la clase obrera podía llegar a ser peligrosa y que era mejor tratar de llevar adelante algunas reformas antes que propiciar una revolución que seguramente haría peligrar la propiedad privada, así es como comienza dentro de la sociedad la llamada lucha de clases, a partir de la Revolución de 1848.
A raíz de todos estos cambios nacerá una nueva ciencia: la sociología.
La teoría política dominante continúa siendo el LIBERALISMO, no obstante habían comenzado a difundirse las nuevas ideas del gran economista y filósofo alemán, Carlos Max quien junto a Federico Engels escribe el Manifiesto Comunista, que fuera impreso en Londres unas semanas antes del estallido de la Rev. en Francia de febrero de l848...
La filosofía de la época recibe el nombre de POSITIVISMO. dicha filosofía rechaza todo conocimiento intuitivo o metafísico aceptando sólo aquello que puede ser comprobable mediante los sentidos y la razón.
Es en esta misma época cuando comienzan a publicarse los escritos de un médico austríaco llamado Segismundo Freud, quien trabajaba sobre los aspectos no conscientes de la mente humana.Sus descubrimientos y aplicaciones impregnarían toda la mentalidad de nuestro siglo.
Otro importante pensador de esta época es Charles Darwin, autor de la teoría de la evolución de la especie.
En esta época nacerán tres movimientos literarios distintos:
• Realismo
• Naturalismo
• Modernismo
El escritor realista no pretende usar su sensibilidad ni su imaginación como lo hacía el romántico, sino simplemente registrar, en sus más pequeños detalles la realidad exterior, para dar esa sensación los escritores se valen de diferentes trucos, o mejor dicho recursos destinados a crear un efecto de realidad. El padre de este movimiento fue Gustavo Flaubert, autor de la escandalosa novela “Madame Bovary”.
Otro importantísimo escritor francés de la época es Emilio Zolá, en este caso el padre o precursor de la novela naturalista. ¿Qué diferencia existe entre las novelas realistas y las naturalistas? Básicamente las novelas naturalistas encierran algún tipo de teoría derivada de la filosofía positivista. Ej. la teoría de las leyes de herencia. En nuestro país los herederos de estas escuelas literarias fueron los hombres pertenecientes a la generación del 80: Eugenio Cambaceres, Miguel Cané, Lucio Mansilla.
El modernismo fue el único movimiento literario que se originó en Hispanoamérica, en Nicaragua, de la mano del genial Ruben Darío. En nuestro país se destacó Leopoldo Lugones.
El Modernismo fue una reacción artística e intelectual que se produce en la época finesecular llamada la “Belle epoque”cuyo objetivo es separarse de la sociedad burguesa pero a diferencia del romanticismo no busca refugio ni en la naturaleza ni en el “YO” sino en un arte refinado y estetizante. No le interesa reflejar la realidad social sino conseguir elegancia y musicalidad en el lenguaje. Es un tipo de poesía que se evade completamente de la realidad y nos pinta al poeta encerrado en una torre de marfil, aislado del mundo.
En materia de artes plásticas nace la pintura impresionista.
Mencionaremos a Monet, Tolouse Lautrec y Renoir como los principales representantes de este movimiento pictórico.
En materia de música surge el dodecafonismo. El francés Claudio Aquiles Debussy es uno de los principales preculsores de este tipo de música.
En esta época se inicia por otra parte un importante movimiento de liberación femenina. La gran bailarina Isadora Duncan crea una nueva forma de expresión a través de la danza.
Finalmente hemos llegado al siglo XX, como dice el tango de Discépolo “Problemático y febril”...
De hecho no es tarea fácil dar un panorama histórico de nuestro siglo porque no tenemos la suficiente perspectiva temporal que nos permita distinguir las verdaderas significaciones, claro que hay una serie de acontecimientos muy “densos”, muy “pesados” que nos han “marcado” nos referimos concretamente a todos los acontecimientos bélicos:
Primera Guerra Mundial
Revolución Rusa
Guerra Civil Española
Segunda Guerra Mundial
Guerra de Vietnan
Durante la década 1910-1920 las vanguardias artísticas que se suceden crean las condiciones conceptuales objetivas para el nuevo repertorio de formas que el diseño gráfico recogerá, con plena conciencia, para elaborar con él su primer corpus teórico.
En efecto, para una disciplina que se encuentra a la búsqueda de sus señas de identidad, la adopción de las formas abstractas (una primera revolucionaria abstracción la constituye la fotografía, con la representación en blanco y negro de un mundo en colores), el uso psicológico del color, la revolución de la tipografía, del collage y del fotomontaje representará, no sólo la base de nuevos repertorios lingüísticos, sino también sus presupuestos teóricos más sólidos.
En el Futurismo de Marinetti, Soffici, Depero, etc.; el Cubismo de Picasso, el Dadaísmo de Tristan Tzará; el Surrealismo de André Breton, René Magritte y Salvador Dalí; en el papel de puente entre el Futurismo y el Dadaísmo desempeñado por Marcel Duchamp con sus experiencias personales, etc. Ahí, en ese núcleo, se concentrarán los antecedentes de una ruptura formal y conceptual que incide de pleno en la embrionaria construcción de un nuevo diseño gráfico -más técnico o interdisciplinar-, en el cual irán integrándose paulatinamente las distintas especialidades del sector (cartelismo, diseño tipográfico, ilustración comercial, diseño publicitario, imagen de identidad, etc.) clasificadas desde entonces en una misma categoría multidisciplinar.
El Futurismo
Ferviente admirador formal de la letra, el explosivo Filippo Tomaso Marinetti, "motor poético" del movimiento italiano (para usar un término sin duda grato a uno de los creadores de la nueva épica que tuvo en la máquina, la velocidad y el movimiento mecánico a sus héroes), concede a la tipografía un papel inédito hasta entonces en el juego de las formas plásticas, iniciándose con él una curiosa y positiva "revolución tipográfica
El Dadaísmo
Dos movimientos paralelos, surgidos en 1916 y 1917, respectivamente. y presididos ambos por un trágico denominador común: Europa y su primera guerra fratricida.
El indudable carácter iconoclasta, nihilista y provocativo con que el grupo inicial Dadá se expresó y el fenómeno de sus múltiples e inmediatas segregaciones en el mundo occidental aparecen habitualmente como los datos más tópicos con que se define este decisivo movimiento vanguardista.
El surrealismo
La actitud irracionalista del movimiento dadá derivó hacia un intento de mayor envergadura. André Breton aseguraba que la situación histórica de postguerra, exigía un arte nuevo que se esforzara por indagar en lo más profundo del ser humano. Bretón había contactado con las doctrinas de Freud, fundador del psicoanálisis, y entendió que la palabra escrita discurre tan de prisa como el pensamiento y que las ensoñaciones y asociaciones verbales automáticas podían ser métodos de creación artística.
El Surrealismo trata de plasmar el mundo de los sueños y de los fenómenos subconscientes. Este sector recóndito del ser humano se considera apto para el análisis artístico. Breton intenta descubrir las profundidades del espíritu. Así lo pone de relieve en su Primer Manifiesto del Surrealismo (1924): "Creo en el encuentro futuro de esos dos estados, en apariencia tan contradictorios, como son el sueño y la realidad, en una especie de realidad absoluta, de surrealidad". El Surrealismo no sólo afectó al mundo de la pintura, sino también al cine, la fotografía, el teatro, la poesía... . El resultado es un mundo aparentemente absurdo, alógico, en el que los fenómenos del subconsciente escapan al dominio de la razón.
Los maestros del Surrealismo supieron poner a presión la "gran libertad de espíritu" que Breton consideraba básica para hacer estallar la imaginación.
A partir de la caída del muro de Berlín podemosdecir que se incia un nuevo movimiento que recibe el nombre de POSTMODERNIAD ¿Pero qué es?
Es una nueva forma de ver la estética, un nuevo orden de interpretar valores, una nueva forma de relacionarse, intermediadas muchas veces por los factores postindustriales; todas estas y muchas otras son características de este modo de pensar.
Uno de los síntomas sociales mas significativos de la postmodernidad se encuentra en la saga de películas "Matrix", donde el realce de la estética y la ausencia de culpa causal, unidos a la percepción de un futuro y una realidad inciertas se hacen evidentes.
Los ideólogos más destacados en el área de la postmodernidad son Jean Baudrillard,Theodor Adorno,Jean-François Lyotard, Michel Foucault, Gianni Vattimo, Jacques Derrida y otros.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
POESÍA DE JUAN GELMAN
AUSENCIA DE AMOR
Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.
Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobrecristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.
Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.
Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.
PRESENCIA DEL OTOÑO
Debí decir te amo.
Pero estaba el otoño haciendo señas,
clavándome sus puertas en el alma.
Amada, tú, recíbelo.
Vete por él, transporta tu dulzura
por su dulzura madre.
Vete por él, por él, otoño duro,
otoño suave en quien reclino mi aire.
Vete por él, amada.
No soy yo él que te ama este minuto.
Es él en mí, su invento.
Un lento asesinato de ternura.
ESCRIBO EN EL OLVIDO...
Escribo en el olvido
en cada fuego de la noche
cada rostro de ti.
Hay una piedra entonces
donde te acuesto mía,
ninguno la conoce,
he fundado pueblos en tu dulzura,
he sufrido esas cosas,
eres fuera de mí,
me perteneces extranjera.
LO QUE PASA
Yo te entregué mi sangre, mis sonidos,
mis manos, mi cabeza,
y lo que es más, mi soledad, la gran señora,
como un día de mayo dulcísimo de otoño,
y lo que es más aún, todo mi olvido
para que lo deshagas y dures en la noche,
en la tormenta, en la desgracia,
y más aún, te di mi muerte,
veré subir tu rostro entre el oleaje de las sombras,
y aún no puedo abarcarte, sigues creciendo
como un fuego,
y me destruyes, me construyes, eres oscura como la luz.
ORACIÓN DEL DESOCUPADO
Padre,
desde los cielos bájate, he olvidado
las oraciones que me enseñó la abuela,
pobrecita, ella reposa ahora,
no tiene que lavar, limpiar, no tiene
que preocuparse andando el día por la ropa,
no tiene que velar la noche, pena y pena,
rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.
Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,
que me muero de hambre en esta esquina,
que no sé de qué sirve haber nacido,
que me miro las manos rechazadas,
que no hay trabajo, no hay,
bájate un poco, contempla
esto que soy, este zapato roto,
esta angustia, este estómago vacío,
esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre
cavándome la carne,
este dormir así,
bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
tócame el alma, mírame
el corazón,!
yo no robé, no asesiné, fui niño
y en cambio me golpean y golpean,
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
si estás, que busco
resignación en mí y no tengo y voy
a agarrarme la rabia y a afilarla
para pegar y voy
a gritar a sangre en cuello
de "Violín y otras cuestiones"
Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.
Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobrecristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.
Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.
Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.
PRESENCIA DEL OTOÑO
Debí decir te amo.
Pero estaba el otoño haciendo señas,
clavándome sus puertas en el alma.
Amada, tú, recíbelo.
Vete por él, transporta tu dulzura
por su dulzura madre.
Vete por él, por él, otoño duro,
otoño suave en quien reclino mi aire.
Vete por él, amada.
No soy yo él que te ama este minuto.
Es él en mí, su invento.
Un lento asesinato de ternura.
ESCRIBO EN EL OLVIDO...
Escribo en el olvido
en cada fuego de la noche
cada rostro de ti.
Hay una piedra entonces
donde te acuesto mía,
ninguno la conoce,
he fundado pueblos en tu dulzura,
he sufrido esas cosas,
eres fuera de mí,
me perteneces extranjera.
LO QUE PASA
Yo te entregué mi sangre, mis sonidos,
mis manos, mi cabeza,
y lo que es más, mi soledad, la gran señora,
como un día de mayo dulcísimo de otoño,
y lo que es más aún, todo mi olvido
para que lo deshagas y dures en la noche,
en la tormenta, en la desgracia,
y más aún, te di mi muerte,
veré subir tu rostro entre el oleaje de las sombras,
y aún no puedo abarcarte, sigues creciendo
como un fuego,
y me destruyes, me construyes, eres oscura como la luz.
ORACIÓN DEL DESOCUPADO
Padre,
desde los cielos bájate, he olvidado
las oraciones que me enseñó la abuela,
pobrecita, ella reposa ahora,
no tiene que lavar, limpiar, no tiene
que preocuparse andando el día por la ropa,
no tiene que velar la noche, pena y pena,
rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.
Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,
que me muero de hambre en esta esquina,
que no sé de qué sirve haber nacido,
que me miro las manos rechazadas,
que no hay trabajo, no hay,
bájate un poco, contempla
esto que soy, este zapato roto,
esta angustia, este estómago vacío,
esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre
cavándome la carne,
este dormir así,
bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
tócame el alma, mírame
el corazón,!
yo no robé, no asesiné, fui niño
y en cambio me golpean y golpean,
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
si estás, que busco
resignación en mí y no tengo y voy
a agarrarme la rabia y a afilarla
para pegar y voy
a gritar a sangre en cuello
de "Violín y otras cuestiones"
jueves, 6 de mayo de 2010
A mis estudiantes de 4 3ra . TEORIA Y MEDIOS
A mis estudiantes de 4 3ra . TEORIA Y MEDIOS
LEER ESTE TEXTO PARA PODER TRABAJARLO EN CLASE…
CLAUDIO DÍAZ: POR QUÉ RENUNCIÉ A CLARIN
He tomado la decisión de renunciar al cargo de redactor que ejercía y, como es de rigor en estos casos, quiero despedirme de los amigos que gané durante mis siete años de permanencia en el diario y de los buenos compañeros con los que compartí muchas tardes entretenidas.
Pero no quiero irme sin antes explicarles, a ustedes y también a quienes ocupan los cargos jerárquicos de esta empresa, los motivos de mi retiro.
A fines de marzo la revista Veintitrés me pidió una opinión sobre el rol que cumplen los medios periodísticos y algunos intelectuales en la elaboración del discurso político actual.
Yo efectué una dura crítica a lo que se da en llamar el Grupo Clarín y acentué, particularmente, lo que a mi criterio había sido una clara manipulación informativa durante la cobertura del conflicto Gobierno vs. Campo, tanto por parte del diario como de Canal 13 y TN.
En este caso no hice más que expresar, libremente, la vergüenza que me provocó -como periodista pero también como simple ciudadano- el ejercicio “periodístico” del Planeta Clarín y sus satélites.
La reacción por parte de la empresa, como es de suponer, fue inmediata.
Y hasta la consideré razonable.
Es más: a uno de los colegas aludidos, Julio Blanck, le dí explicaciones acerca de por qué yo lo incluía en una lista de hombres de prensa que -desde mi punto de vista- sostienen un discurso “progresista” pero le terminan haciendo el juego al llamado establishment.
Hasta ahí todo bien.
Lo que siguió después es distinto.
Las autoridades editoriales (en este momento no se me ocurre otro término) le comunicaron a mis jefes que “de ahora en más” dejara de escribir la página 3 del Zonal (que se supone es la más “importante”) y que me limitara a hacer -es textual- “notas blandas”.
Una estupidez, realmente.
Pero pocas horas después se emitió otra orden: que no se me autorizara a tomar la totalidad de días de vacaciones adeudados, que había pedido para esta semana..
No dieron argumento alguno para justificar la negativa.
La verdad es que por ninguno de estos dos castigos tendría que haberme hecho mala sangre.
Sin embargo, dije “basta” y tomé la decisión de no seguir adelante con mi trabajo en el Zonal, harto del doble discurso de este diario, de su hipocresía, de pontificar en sus editoriales y notas de opinión una cosa para después hacer otra.
Es tanta la repugnancia que sentí por quienes posan como adalides de la libertad de expresión que me dije a mi mismo: “hasta aquí llegué”.
Quiero decir: hace más de 20 años que ejerzo el oficio de periodista; conozco perfectamente los condicionamientos que nos ponen para atenuar o directamente diluir nuestra vocación de contar y decir las cosas como uno cree que son, aun a riesgo de equivocarse.
En fin, en casi todos lados he comprobado (eso tan viejo pero siempre vigente) que una cosa es la libertad de prensa y otra la libertad de empresa.
Pero lo que viví en Clarín en los últimos tiempos superó todo… Gracias a Dios, ¡todavía tengo vergüenza!
Pero lo que ya no tengo es estómago para tragarme las cosas que hace este diario en nombre del periodismo.
A esta altura ya no puedo soportar tanto cinismo.
Como cuando desde un título o una nota se insiste en que no decrece el nivel del trabajo en negro y las condiciones laborales son cada vez más precarias, siendo que en todas las redacciones del Grupo se emplea a pasantes a los que se los explota de manera desvergonzada, obligándolos a hacer tareas de redactor por la misma paga que recibe un cadete, sin obra social ni vacaciones.
Es el mismo cinismo de despotricar contra la desocupación al tiempo que se lanzan a la calle nuevos productos sin contratar a trabajadores, duplicando y hasta triplicando el horario de los que ya están dentro de la maquinaria.
Es el mismo cinismo de presionar a redactores para que se conviertan en editores, bajo la promesa (falsa) de que “algún día” se les reconocerá la diferencia salarial.
Si, como se sostiene el martes 15 en la cotidiana carta del editor al lector, “son los medios y los periodistas los que deben regularse y actuar con responsabilidad democrática”, pues bien Sr. Kirschbaum, yo empiezo por esa tarea. Porque si Clarín tanto se rasga las vestiduras asegurando que respeta la libertad de expresión, ¿por qué sanciona a un periodista que vierte, ejercitando esa libertad de pensamiento, una opinión?
Tengo otras cosas para decirle a usted y a quienes lo secundan (si es que a esta altura todavía están leyendo…): la demonización que practica el diario a través de un “inocente” semáforo que cumple la misión de dividir al mundo en ángeles y demonios (según el interés ideológico o comercial del Grupo), ha llegado al nivel de un verdadero pasquín que nada tiene que envidiarle a las publicaciones partidarias.
Es peor todavía, porque éstas tienen la honestidad de reconocerse como expresiones de un partido político o de un espacio ideológico.
En cambio, Clarín se imprime bajo el infame rótulo de periodismo independiente…
En pos de engrosar la cuenta bancaria se ha perdido todo decoro.
Da la sensación de que los que se llaman periodistas o columnistas ya ni sienten un mínimo de pudor por haberse convertido en contadores del negocio mediático, desvividos por saber cuánto dinero ingresa a las arcas; lo único que les falta es salir con el camión de Juncadella.
Digo esto porque ha sido patética, en la misma carta del editor del martes 15, la reacción editorial contra otros medios periodísticos competidores que estarían atreviéndose a morder un pedazo del queso que el Grupo quiere deglutirse, como de costumbre, solito y solo, calificando a aquellos de miserables, travestidos y miembros de una jauría.
¡Después cuestionan a D’Elía o a Moyano por las palabras “ofensivas” que lanzan contra el periodismo independiente y democrático!
La mayoría de quienes me conocen saben de mi simpatía y hasta cierta militancia por el peronismo.
Pero también saben que no me une ningún tipo de relación con el gobierno, ni con su tan temido Observatorio de Medios, ni con los jóvenes de la Cámpora ni tampoco con sus “grupos de choque”.
La aclaración vale para que estén tranquilos y no piensen que durante estos siete años fui un agente infiltrado en el Zonal Morón.
Simplemente amo el trabajo periodístico, tengo pensamiento propio (aunque, qué le vamos a hacer…: no es el políticamente correcto) y un compromiso de honrar mi oficio.
A Ricardo Kirschbaum, a Ricardo Roa y a tantos otros que mandan les digo que estoy preparado para asumir lo que venga, porque no me extrañaría que las redacciones de otros medios empiecen a recibir llamados telefónicos pidiendo que se me prohíba trabajar de lo que soy.
Tan libre me siento, tan espiritualmente íntegro de poderles decir lo que les digo (aunque les resbale), que ya no me importa si la larga mano del Grupo le pone candado a mi futuro para no dejarme otra opción que trabajar como remisero o repositor de supermercado.
Me voy orgulloso de haber seguido aprendiendo lo que es vocación, oficio, dignidad y ejercicio responsable del buen periodismo.
Que me lo dieron los jefes de los zonales y un montón de amigos y compañeros a quienes no voy a nombrar para evitarles quedar marcados por mi cercanía afectiva.
Me voy avergonzado de la conducta de quienes deberían honrar el trabajo periodístico y no lo hacen.
POSDATA: Mis queridos amigos: aquí les he reenviado el texto del correo que despaché hoy a compañeros del diario y a los principales jerarcas (Kirschbaum, Roa, Blanck, Van der Kooy, entre otros) explicando los motivos de mi renuncia.
Desde mañana, viernes, dejo de trabajar. Ya saben que también dejo el celular del Grupo.
De modo que para comunicarse conmigo por ahora tienen el teléfono de casa y este correo. Espero contar con un nuevo celular la próxima semana.
Fuerte abrazo para todos.
Claudio.
LEER ESTE TEXTO PARA PODER TRABAJARLO EN CLASE…
CLAUDIO DÍAZ: POR QUÉ RENUNCIÉ A CLARIN
He tomado la decisión de renunciar al cargo de redactor que ejercía y, como es de rigor en estos casos, quiero despedirme de los amigos que gané durante mis siete años de permanencia en el diario y de los buenos compañeros con los que compartí muchas tardes entretenidas.
Pero no quiero irme sin antes explicarles, a ustedes y también a quienes ocupan los cargos jerárquicos de esta empresa, los motivos de mi retiro.
A fines de marzo la revista Veintitrés me pidió una opinión sobre el rol que cumplen los medios periodísticos y algunos intelectuales en la elaboración del discurso político actual.
Yo efectué una dura crítica a lo que se da en llamar el Grupo Clarín y acentué, particularmente, lo que a mi criterio había sido una clara manipulación informativa durante la cobertura del conflicto Gobierno vs. Campo, tanto por parte del diario como de Canal 13 y TN.
En este caso no hice más que expresar, libremente, la vergüenza que me provocó -como periodista pero también como simple ciudadano- el ejercicio “periodístico” del Planeta Clarín y sus satélites.
La reacción por parte de la empresa, como es de suponer, fue inmediata.
Y hasta la consideré razonable.
Es más: a uno de los colegas aludidos, Julio Blanck, le dí explicaciones acerca de por qué yo lo incluía en una lista de hombres de prensa que -desde mi punto de vista- sostienen un discurso “progresista” pero le terminan haciendo el juego al llamado establishment.
Hasta ahí todo bien.
Lo que siguió después es distinto.
Las autoridades editoriales (en este momento no se me ocurre otro término) le comunicaron a mis jefes que “de ahora en más” dejara de escribir la página 3 del Zonal (que se supone es la más “importante”) y que me limitara a hacer -es textual- “notas blandas”.
Una estupidez, realmente.
Pero pocas horas después se emitió otra orden: que no se me autorizara a tomar la totalidad de días de vacaciones adeudados, que había pedido para esta semana..
No dieron argumento alguno para justificar la negativa.
La verdad es que por ninguno de estos dos castigos tendría que haberme hecho mala sangre.
Sin embargo, dije “basta” y tomé la decisión de no seguir adelante con mi trabajo en el Zonal, harto del doble discurso de este diario, de su hipocresía, de pontificar en sus editoriales y notas de opinión una cosa para después hacer otra.
Es tanta la repugnancia que sentí por quienes posan como adalides de la libertad de expresión que me dije a mi mismo: “hasta aquí llegué”.
Quiero decir: hace más de 20 años que ejerzo el oficio de periodista; conozco perfectamente los condicionamientos que nos ponen para atenuar o directamente diluir nuestra vocación de contar y decir las cosas como uno cree que son, aun a riesgo de equivocarse.
En fin, en casi todos lados he comprobado (eso tan viejo pero siempre vigente) que una cosa es la libertad de prensa y otra la libertad de empresa.
Pero lo que viví en Clarín en los últimos tiempos superó todo… Gracias a Dios, ¡todavía tengo vergüenza!
Pero lo que ya no tengo es estómago para tragarme las cosas que hace este diario en nombre del periodismo.
A esta altura ya no puedo soportar tanto cinismo.
Como cuando desde un título o una nota se insiste en que no decrece el nivel del trabajo en negro y las condiciones laborales son cada vez más precarias, siendo que en todas las redacciones del Grupo se emplea a pasantes a los que se los explota de manera desvergonzada, obligándolos a hacer tareas de redactor por la misma paga que recibe un cadete, sin obra social ni vacaciones.
Es el mismo cinismo de despotricar contra la desocupación al tiempo que se lanzan a la calle nuevos productos sin contratar a trabajadores, duplicando y hasta triplicando el horario de los que ya están dentro de la maquinaria.
Es el mismo cinismo de presionar a redactores para que se conviertan en editores, bajo la promesa (falsa) de que “algún día” se les reconocerá la diferencia salarial.
Si, como se sostiene el martes 15 en la cotidiana carta del editor al lector, “son los medios y los periodistas los que deben regularse y actuar con responsabilidad democrática”, pues bien Sr. Kirschbaum, yo empiezo por esa tarea. Porque si Clarín tanto se rasga las vestiduras asegurando que respeta la libertad de expresión, ¿por qué sanciona a un periodista que vierte, ejercitando esa libertad de pensamiento, una opinión?
Tengo otras cosas para decirle a usted y a quienes lo secundan (si es que a esta altura todavía están leyendo…): la demonización que practica el diario a través de un “inocente” semáforo que cumple la misión de dividir al mundo en ángeles y demonios (según el interés ideológico o comercial del Grupo), ha llegado al nivel de un verdadero pasquín que nada tiene que envidiarle a las publicaciones partidarias.
Es peor todavía, porque éstas tienen la honestidad de reconocerse como expresiones de un partido político o de un espacio ideológico.
En cambio, Clarín se imprime bajo el infame rótulo de periodismo independiente…
En pos de engrosar la cuenta bancaria se ha perdido todo decoro.
Da la sensación de que los que se llaman periodistas o columnistas ya ni sienten un mínimo de pudor por haberse convertido en contadores del negocio mediático, desvividos por saber cuánto dinero ingresa a las arcas; lo único que les falta es salir con el camión de Juncadella.
Digo esto porque ha sido patética, en la misma carta del editor del martes 15, la reacción editorial contra otros medios periodísticos competidores que estarían atreviéndose a morder un pedazo del queso que el Grupo quiere deglutirse, como de costumbre, solito y solo, calificando a aquellos de miserables, travestidos y miembros de una jauría.
¡Después cuestionan a D’Elía o a Moyano por las palabras “ofensivas” que lanzan contra el periodismo independiente y democrático!
La mayoría de quienes me conocen saben de mi simpatía y hasta cierta militancia por el peronismo.
Pero también saben que no me une ningún tipo de relación con el gobierno, ni con su tan temido Observatorio de Medios, ni con los jóvenes de la Cámpora ni tampoco con sus “grupos de choque”.
La aclaración vale para que estén tranquilos y no piensen que durante estos siete años fui un agente infiltrado en el Zonal Morón.
Simplemente amo el trabajo periodístico, tengo pensamiento propio (aunque, qué le vamos a hacer…: no es el políticamente correcto) y un compromiso de honrar mi oficio.
A Ricardo Kirschbaum, a Ricardo Roa y a tantos otros que mandan les digo que estoy preparado para asumir lo que venga, porque no me extrañaría que las redacciones de otros medios empiecen a recibir llamados telefónicos pidiendo que se me prohíba trabajar de lo que soy.
Tan libre me siento, tan espiritualmente íntegro de poderles decir lo que les digo (aunque les resbale), que ya no me importa si la larga mano del Grupo le pone candado a mi futuro para no dejarme otra opción que trabajar como remisero o repositor de supermercado.
Me voy orgulloso de haber seguido aprendiendo lo que es vocación, oficio, dignidad y ejercicio responsable del buen periodismo.
Que me lo dieron los jefes de los zonales y un montón de amigos y compañeros a quienes no voy a nombrar para evitarles quedar marcados por mi cercanía afectiva.
Me voy avergonzado de la conducta de quienes deberían honrar el trabajo periodístico y no lo hacen.
POSDATA: Mis queridos amigos: aquí les he reenviado el texto del correo que despaché hoy a compañeros del diario y a los principales jerarcas (Kirschbaum, Roa, Blanck, Van der Kooy, entre otros) explicando los motivos de mi renuncia.
Desde mañana, viernes, dejo de trabajar. Ya saben que también dejo el celular del Grupo.
De modo que para comunicarse conmigo por ahora tienen el teléfono de casa y este correo. Espero contar con un nuevo celular la próxima semana.
Fuerte abrazo para todos.
Claudio.
miércoles, 5 de mayo de 2010
PARA MIS ALUMNOS DE 4TO AÑO DE LA EMEM 1 DE 14
PARA MIS ALUMNOS DE 4TO AÑO DE LA EMEM 1 DE 14
LOS INVITO A LEER ESTE TEXTO PARA IR FAMILIARIZÁNDOSE CON LA Historieta que supongo empezarán a leer próximamente..recuerden que el lunes es la evaluación de “En la sangre” de E. Cambaceres y además todo lo que vimos con referencia a la INTRODUCCIÓN A LA LITERATURA..
EL ETERNAUTA
Por Juan Sasturain
En estos días, en la primera semana de septiembre más precisamente, ciertas imágenes –ya convertidas en iconos argentinos– saturarán los medios memoriosos o hasta ahora desmemoriados que, alimentados por escritores y periodistas, y subalimentados por Internet, recordarán que se cumplen los cincuenta años de la aparición de El Eternauta, mito creciente. Y en todos los planos se reproducirá –como ya sucedió en julio, cuando la nieve improvisó sobre Baires– la imagen del perplejo Juan Salvo enfundado en traje de hule con visor de hombre rana, un filtro tosco ante la boca y un fusil al hombro bajo los copos mortales que no lo matarán.
Es increíble esa imagen, a la que nos hemos acostumbrado y no nos extraña ya. Incluso hay versiones del personaje con apostura más o menos épica: la marcha de Salvo con el paso firme y la mirada fija al frente, como si tuviera puesto un uniforme. Pero en principio no era / es muy así. Porque en realidad –si se la analiza con atención– la imagen original del que será alguna vez El Eternauta tiene algo o mucho de patética, de ridícula incluso. Se trata de un hombre vestido con indumentaria casera, confección improvisada con lo que había a mano y podía ser funcional para resolver la emergencia –como la pilcha de Robinson, solito al sol– o para vestir en la ilusoria ocasión de vivir lo soñado –como la de Don Quijote al salir al camino–. Es la imagen de un hombre nada heroico sino apenas torpemente protegido, un disfrazado, un grotesco buzo de superficie, armado con lo que había ahí en casa, transpirando bajo el traje por el calor y –sobre todo– por el miedo.
Ya habría tiempo y espacio para la épica a lo largo de la historia / historieta, pero no en ese primer momento, cuando la figurita de Juan recortada en negro de espaldas contra el blanco de la puerta abierta y la intemperie salió al jardín del chalet sin saber si le pasaría lo mismo que al pobre Polski, muerto, tendido ahí nomás, juntando frío.
Es innegable que esta apoteosis actual de El Eternauta está asociada naturalmente al recuerdo de Héctor Germán Oesterheld –creador de la historia y desaparecido de la Dictadura hace treinta años– pero también es cierto que lo que se pondrá una vez más ante los ojos de los lectores argentinos es obra de Francisco Solano López, el dibujante del mito. El sabio pincel entintado de Solano es copartícipe necesario de la condición inolvidable de los personajes, de su soberana carnadura y responsable absoluto de la soberbia puesta en calle y contexto cotidiano de la aventura. Durante dos años Solano pasó a tinta china sobre papel blanco gente verdadera en un escenario elocuente y reconocible. Todo eso que dibujó, incluso los monstruos invasores, era cierto. Sigue siéndolo. Es literalmente imborrable.
Con algo de clásico de salida, autor de una obra maestra casi en el comienzo de su carrera –apenas se aproximaba a cumplir treinta por entonces–, Solano siguió dibujando siempre y mucho, ya con El Eternauta puesto. Y sigue hasta hoy. Soberbio artesano, en ese largo trayecto nunca dio volantazos estilísticos pero sí controlados virajes en las posibilidades de su expresividad; sobre todo a partir del cambio de instrumento, elegido a la medida de los desafíos que le pedían algo más que la destreza de la aplicación mecánica de lo sabido y probado.
Así, a mediados de los setenta Solano abandonó de momento el pincel y adoptó "la rotring" –el estilógrafo que renovó las posibilidades del "pasado a tinta" como alternativa de la pluma– para elaborar una serie de obras maestras absolutas, las durísimas e inolvidables Historias tristes, sobre guiones de su hijo Gabriel, realizadas con esa minuciosa técnica. Fue algo así como un salto hacia adelante, una apropiación tecnológica con la que hizo diferencia. Y el resultado expresivo, excepcional; la artesanía devino maestría.
Siempre en términos de técnica, valdría la pena ahora llamar la atención sobre una tercera zona, menos conocida o frecuentada de su obra. Son un par de trabajos de adaptación literaria publicados durante la década siguiente –hace poco más de veinte años exactamente– en la revista Fierro de entonces, para la serie La Argentina en pedazos: Operación Masacre, de Rodolfo Walsh en versión de Omar Panosetti, y Cabecita negra, de Germán Rozenmacher, guionada por Eugenio Mandrini. En ambos casos, Solano López recurrió –por primera y acaso única vez– a una técnica clásica, el lápiz.
El lápiz es para los autores de historietas, y acaso para los dibujantes o plásticos en general, el primer paso de la realización del trabajo, el lugar del boceto, de la "puesta en página". Se supone que el lápiz es el instrumento idóneo para el apunte inicial, el borrador en que los detalles no importan porque su función es apenas determinar la distribución de los elementos, el plantado de las figuras, la apropiación y copamiento espacial del papel. El dibujo a lápiz es así un dibujo de prueba y tentativa, "amistoso" en el sentido de que todavía no se juega nada. Es lo que aún puede ser borrado y está hecho con esa salvedad, tiene esa libertad o soltura de lo modificable, de lo no definitivo, de lo que incluso se corrige por contigüidad, por aproximación. Es un lugar que se supone más distendido, en oposición a la tinta, presumida irreversible.
Esa condición provisoria del lápiz, su aparente dependencia de una realización definitiva posterior de mayor jerarquía, tiene, sin embargo, otro matiz y sentido cuando el grafito se asume en lo que genéticamente es desde el inicio: primer instrumento, medio soberano con pleno derecho y responsabilidad terminal. Y puesto en esa instancia el lápiz es terriblemente revelador, alevosamente "sincero", revela al dibujante: grandeza y miseria, la espontaneidad de la línea y el trabajo de las texturas. Calidez, intimidad, comunicación genuina, no mediatizada... El lápiz es lo que está más cerca de la mano, lo más directo. Después de todo, la tinta tiene que ver con las necesidades de la claridad para mejorar la impresión. El lápiz es para ver así, se piensa original. Cuando el lápiz llega para quedarse, elabora la forma y la modela con una intensidad a la que no aspira cuando se lo "tapa" con tinta. El lápiz solo no permite ni quiere mentir.
Simplificando, tendiendo líneas, podemos decir que Solano usó el pincel para la aventura, se metió con la rotring para desmenuzar intimidades subjetivas y optó por el lápiz cuando tuvo que contar otras cosas, decir / mostrar la verdad, cuando quiso que se sintiera que no mentía ni inventaba ni monologaba, digamos: la reconstrucción íntima de climas y personajes, los hechos, la historia. Y no cualquiera: la historia argentina contemporánea. La trágica historia de la Argentina contemporánea que se hace un nudo en Operación Masacre, que se hace metáfora definitiva en el cuento de Rozenmacher.
Nadie ha dibujado mejor que Solano a los argentinos de a pie, a los provincianos aporteñados, a los hombres y mujeres de la ciudad y los suburbios. Y si nos dio el muestreo ejemplar que puebla El Eternauta –los amigos, los soldados, los hombres robots–, si pobló las calles de gente de carne y hueso en Evaristo –chorros, marginales, policías, desesperados, minas tiernas más o menos raídas–, en ninguna otra parte dibujó mejor esos tipos que no son tales, estos hombres con nombre y apellido, identidad y clase, que en estas versiones a lápiz. La noche helada y los bigotes militares; el pelo oscuro, las caras de esos muchachos y el camión que ronronea con luz vacilante en el descampado. Solano ha elegido el lápiz para poder –paradójicamente– dibujar lo imborrable.
domingo, 21 de marzo de 2010
Murió J.D. Salinger
Murió J.D. Salinger, uno de los más grandes escritores estadounidenses
16:13|Tenía 91 años y desde hace medio siglo vivía recluido en una cabaña en New Hampshire, nordeste de EE.UU. Su emblemática obra "El guardián entre el centeno" es un clásico de la literatura moderna.
Salinger, el guardián de los títulos que se bifurcan
El escritor estadounidense Jerome David Salinger murió hoy a los 91 años por causas naturales, según publicó el diario The New York Times tras recibir un comunicado del hijo del autor.
Salinger vivía aislado en una cabaña en New Hampshire tras consagrarse en 1951 con su primera novela corta: "El guardián entre el centeno" (también conocida como "El cazador oculto"). El libro fue un gran éxito y convirtió a Salinger en un "monstruo sagrado".
El libro cuenta la historia de un adolescente rebelde, ultrasensible, que debe enfrentar el feroz mundo de los adultos en la selva neoyorquina. Es, al fin, la pérdida de la inocencia, sólo que Holden Caufield busca un refugio en un extraño universo que linda con la locura, una huida ante una realidad que el muchacho considera intolerable.
"El guardián en el centeno" fue un éxito espectacular. Dos años más tarde, apareció "Nueve cuentos", y en 1961 "Franny y Zooey", un compilación de relatos cortos. La obra de Salinger "termina" con una colección de novelas cortas: Levantad, carpinteros, la viga del tejado , y Seymour: una introducción.
En realidad, lo último que se publicó de él fue Hapworth 16, 1924, un cuento que ocupó casi todo el número del 19 de junio de 1965 de "The New Yorker". Este cuento- recordó " The New York Times"- "nunca se publicó como libro y no se parece a nada de lo que escribió anteriormente Salinger. Hapworth es una carta, o más bien la transcripción de una carta, escrita a los apurones por Seymour Glass, a los 7 años, a sus padres. Lo más fascinante de este cuento es que la voz es insegura, ya que el pequeño Seymour alterna los tonos entre lo serio, ansioso, travieso y sarcástico.
Lo que hizo que los Glass y Seymour fuesen tan atractivos para Salinger, es que eran demasiado sensibles y excepcionales para este mundo, pero esto mismo los transformó en irritantes para muchos lectores. El problema de los Glass puede plantearse así: ¿cómo se hace arte para un público, o un establishment de la crítica, que es demasiado ignorante para entenderlo? Esta es la cuestión- concluye "The New York Times"- que ha llevado a Seymour a renunciar y, seguramente, la que ha inducido a Salinger a no querer publicar más".
Ante la publicación de este cuento, la mayoría de los críticos lo defenestró: "Es lo peor que escribió Salinger", podría ser la mejor síntesis de lo que escribieron. La periodista y escritora Joyce Maynard, amante de Salinger cuando ella tenía 19 años y él ya superaba los 50, cuenta en su libro "Mi verdad" sobre el enojo que los críticos le producían a Salinger.
En el 2000, su hija Margaret publicó "El guardián de los sueños", un libro de "confesiones" en donde afirmaba que su padre bebía su propia orina, rara vez tenía relaciones sexuales con su madre, y ella era mantenida como una "prisionera virtual" en su casa, ya que su padre se negaba a permitirle que viera a parientes y amigos. Dos visiones negativas de este hombre alto y delgado, devoto del budismo zen y de una dieta alimentaria que sólo incluía frutas, hortalizas y nueces. Esto es lo que dice su ex amante, claro. Desde principios de los ochenta, Salinger no dio más entrevistas. Su misantropía se agudizó con los años.
¡¿QUÉ ES LA LITERATURA?!
TAL VEZ UNA INTERESANTE MANERA DE PENSAR LA LITERATURA, EL QUEHACER DEL ESCRITOR Y DEL LECTOR SEA LEER ESTE TEXTO. POR LO TANTO TE INVITAMOS A QUE LO HAGAS REFLEXIONANDO EN CADA PALABRA…
Albert Camus, el insigne laureado del Premio Nobel que noblemente encarna los ideales, deberes y anhelos de las juventudes libres del mundo entero, envió muy generosamente al doctor Eduardo Santos el texto del discurso que pronunciara al recibir el Premio Nobel. EL TIEMPO tiene así el honor altísimo de publicarlo por primera vez en lengua castellana. Lo que es este discurso —todo un altísimo programa para los escritores dignos de serlo— lo dirán nuestros lectores. El honra para siempre nuestras columnas.
(Tomado de El Tiempo de Bogotá, Enero 5 de 1.958 y reproducido en “El Comercio” de Quito, Enero 12 del mismo año)
Al recibir la distinción con que vuestra libre Academia ha querido honrarme, mi gratitud es tanto más profunda cuanto que yo mido hasta qué punto esa recompensa excede mis méritos personales.
Todo hombre, y con mayor razón todo artista, desea que se reconozca lo que él es o quiere ser. Yo también lo deseo. Pero al conocer vuestra decisión me fue imposible no comparar su resonancia con lo que realmente soy. ¿Cómo un hombre, casi joven todavía, rico sólo de sus dudas, con una obra apenas en desarrollo, habituado a ‘vivir en la soledad del trabajo o en el retiro de la amistad, podría recibir, sin cierta especie de pánico, un galardón que le coloca de pronto, y solo, en plena luz? ¿Con qué estado de espíritu podía recibir ese honor a tiempo que, en tantas partes, otros escritores, algunos entre los más grandes, están reducidos al silencio y cuando, al mismo tiempo, su tierra natal conocer incesantes desdichas?
Sinceramente he sentido esa inquietud, y ese malestar. Para recobrar mi paz interior me ha sido necesario ponerme a tono con un destino harto generoso. Y como era imposible igualarme a él con el solo apoyo de mis méritos, no he hallado nada mejor, para ayudarme, que lo que me ha sostenido a lo largo de mi vida y en las circunstancias más opuestas: la idea que me he forjado de mi arte y de la misión del escritor. Permitidme, aunque sólo sea en prueba de reconocimiento y amistad, que os diga, con la sencillez que me sea posible, cuál es esa idea.
Personalmente, no puedo vivir sin mi arte. Pero jamás he puesto ese arte por encima de toda otra cosa. Por el contrario, si él me es necesario es porque no me separa de nadie, y me permite vivir, tal como soy, al nivel de todos. A mi ver, el arte no es una diversión solitaria. Es un medio de emocionar al mayor número de hombres, ofreciéndoles una imagen privilegiada de dolores y alegrías comunes. Obliga, pues, al artista a no aislarse; le somete a la verdad, a la más humilde y más universal. Y aquellos que muchas veces han elegido su destino de artistas porque se sentían distintos, aprenden pronto que no podrán nutrir su arte ni su diferencia más que confesando su semejanza con todos.
El artista se forja en ese perpetuo ir y venir de sí mismo, a los demás, equidistante entre la belleza, sin la cual no puede vivir, y la comunidad, de la cual no puede desprenderse. Por eso, los verdadero artistas no desdeñan nada; se obligan a comprender en vez de juzgar. Y si han de tomar un partido en este mundo, sólo puede ser de una sociedad en la que, según la gran frase de Nietzsche, no ha de reinar el juez sino el creador, sea trabajador o intelectual.
Por lo mismo el papel de escritor es inseparable de difíciles deberes. Por la definición no puede ponerse al servicio de quienes hacen la historia, sino al servicio de quienes la sufren. Si no lo hiciera, quedaría solo, privado hasta de su arte. Todos los ejércitos de la tiranía, con sus millones de hombres, no le arrancarán de la soledad, aunque consienta en acomodarse a su paso y, sobre todo, si en ello consiente. Pero el silencio de un prisionero desconocido, abandonado a las humillaciones en el otro extremo del mundo basta para sacar al escritor de su soledad, cada vez, al menos, que logra, en medio de los privilegios de su libertad, no olvidar ese silencio, y trata de recogerlo y reemplazarlo, para hacerlo valer mediante todos los recurso del arte.
Ninguno de nosotros es lo bastante grande para semejante vocación. Pero en todas las circunstancias de su vida, obscuro o provisionalmente célebre, aherrojado por la tiranía o libre poder expresarse, el escritor puede encontrar el sentimiento de una comunidad viva, que le justificará sólo a condición de que acepte, tanto como pueda, las dos tareas que constituyen la grandeza de su oficio: el servicio de la verdad, y el servicio de la libertad. Y pues su vocación es agrupar el mayor número posible de hombres, no puede acomodarse a la servidumbre que, donde reina, hace proliferar las soledades. Cualesquiera que sean nuestras flaquezas personales, la nobleza de nuestro oficio arraigará siempre en dos imperativos difíciles de mantener: la negativa a mentir respecto de lo que se sabe y la resistencia a la opresión.
Durante más de veinte años de una historia demencial, perdido sin recurso, como todos los hombres de mi edad, en las convulsiones del tiempo, sólo me ha sostenido el sentimiento hondo de que escribir es hoy un honor, porque ese acto obliga, y obliga a algo más que a escribir. Me obligaba, especialmente, tal como yo era y con arreglo a mis fuerzas, a compartir, con todos los que vivían mi misma historia, la desventura y la esperanza. Esos hombres nacidos al comienzo de la primera guerra mundial, que tenían veinte años a tiempo de instaurarse, a la vez, el poder hitleriano y los primeros procesos revolucionarios, Y que para completar su educación se vieron enfrentados luego a la guerra de España, la segunda guerra mundial, el universo de los campos de concentración, la Europa de la tortura y de las prisiones, se ven hoy obligados a orientar sus hijos y sus obras en un mundo amenazado de destrucción nuclear. Supongo que nadie pretenderá pedirles que sean optimistas. Hasta llego a pensar que debemos ser comprensivos, sin dejar de luchar contra ellos, con el error de los que, por un exceso de desesperación han reivindicado el derecho al deshonor y se han lanzado a los nihilismos de la época. Pero sucede que la mayoría de entre nosotros, en mi país y en el mundo entero, han rechazado el nihilismo y se consagran a la conquista de una legitimidad.
Les ha sido preciso forjarse un arte de vivir para tiempos catastróficos, a fin de nacer una segunda vez y luchar luego, a cara descubierta, contra el instinto de muerte que se agita en nuestra historia.
Indudablemente, cada generación se cree destinada a rehacer el mundo. La mía sábe, sin embargo, que no podrá hacerlo. Pero su tarea es quizás mayor. Consiste en impedir que el mundo se deshaga. Heredera de una historia corrompida —en la que se mezclan las revoluciones fracasadas, las técnicas enloquecidas, los dioses muertos, y las ideologías extenuadas; en la que poderes mediocres, que pueden hoy destruirlo todo, no saben convencer; en la que la inteligencia se humilla hasta ponerse al servicio del odio y de la opresión—, esa generación ha debido, en si misma y a su alrededor, restaurar, partiendo de amargas inquietudes, un poco de lo que constituye la dignidad de vivir y de morir. Ante un mundo amenazado de desintegración, en el que nuestros grandes inquisidores arriesgan establecer para siempre el imperio de la muerte, sabe que debería, en una especie de carrera loca contra el tiempo, restaurar entre las naciones una paz que no sea la de servidumbre, reconciliar de nuevo el trabajo y la cultura, y reconstruir con todos los hombres una nueva Arca de la alianza.
No es seguro que esta generación pueda al fin cumplir esa labor inmensa, pero lo cierto sí es que, por doquier en el mundo, tiene ya hecha, y la mantiene, su doble apuesta en favor de la verdad y de la libertad y que, llegado el momento, sabe morir sin odio por ella. Es esta generación la que debe ser saludada y alentada dondequiera que se halle y, sobre todo, donde se sacrifica. En ella, seguro de vuestra profunda aprobación, quisiera yo declinar hoy el honor que acabais de hacerme.
Al mismo tiempo, después de expresar la nobleza del oficio de escribir, querría yo situar al escritor en su verdadero lugar, sin otros títulos que los que comparte con sus compañeros, de lucha, vulnerable pero tenaz, injusto pero apasionado de justicia, realizando su obra sin vergüenza ni orgullo, a la vista de todos; atento siempre al dolor y a la belleza; consagrado en fin, a sacar de su ser complejo las creaciones que intenta levantar, obstinadamente, entre el movimiento destructor de la historia.
¿Quién, después de eso, podrá esperar que él presente soluciones ya hechas, y bellas lecciones de moral? La verdad es misteriosa, huidiza, y siempre hay que tratar de conquistarla. La libertad es peligrosa, tan dura de vivir, como exaltante. Debemos avanzar hacia esos dos fines, penosa pero resueltamente, descontando por anticipado nuestros desfallecimientos a lo largo de tan dilatado camino. ¿Qué escritor osaría, en conciencia, proclamarse orgulloso apóstol de virtud? En cuanto a mi, necesito decir una vez más que no soy nada de eso. Jamás he podido renunciar a la luz, a la dicha de ser, a la vida libre en que he crecido. Pero aunque esa nostalgia explique muchos de mis errores y de mis faltas, indudablemente ella me ha ayudado a comprender mejor mi oficio y también a mantenerme, decididamente, al lado de todos esos hombres silenciosos, que no soportan en el mundo la vida que les toca vivir más que por el recuerdo de breves y libres momentos de felicidad, y por la esperanza de volverlos a vivir.
Reducido así a lo que realmente soy, a mis verdaderos limites, a mis dudas y también a mi fe difícil, me siento más libre para destacar, al concluir, la magnitud y generosidad de la distinción que acabais de hacerme. Más libre también para deciros que quisiera recibirla como homenaje rendido a todos los que, participando el mismo combate, no han recibido privilegio alguno y si, en cambio, han conocido desgracias y persecuciones. Solo me resta daros las gracias, desde el fondo de mi corazón, y haceros públicamente, en prenda de personal gratitud, la misma y vieja promesa de fidelidad que cada verdadero artista se hace a si mismo, silenciosamente, todos los días.
Traducción de José Ballester-Gozalvo, para EL TIEMPO
PROYECTO 2
Prof. Lic. Estela Quiroga
PARA LEER Y DEBATIR
Junto a tu grupo de trabajo deberás leer este documento, discutirlo y sacar conclusiones por escrito que después cada grupo va a exponer en un plenario.
“Sin ánimo de convertir el desarrollo del tema, en una reflexión filosófica, es necesario señalar que todo quehacer humano, que tiene como principio y destino al hombre, debe comenzar por el planteo antropológico. Eludir este cuestionamiento, lo aparta de conocer los fundamentos y como consecuencia no sabe ni el por qué ni el para qué de su acción.
Los temas que nos convocan, salud y sentido, son fenómenos típicamente humanos, debemos por consiguiente contestarnos antes de iniciar cualquier reflexión por el sujeto y objeto de la acción: el hombre.
Existen diferentes ideas acerca de lo que es el hombre, pero únicamente aquella que lo distingue de los demás seres y que exalta su peculiar dignidad ontológica, es la importante. Está idea, está sintetizada en la aseveración: el hombre es persona.
¿Qué es ser persona? Según Sto. Tomás, persona significa lo más perfecto que hay en toda naturaleza. De ahí, su valor por encima de todo lo existente. Ser persona significa fundamentalmente poseer espíritu y por ende libertad. Esa unidad que es la persona hace que lo material lo biológico, lo instintivo y todo aquello presente en el hombre, participe de esa dignidad que le es propia.
Al definirse al hombre como "persona humana" aludimos a su real pertenencia al mundo del espíritu y al universo material. En esa complejidad humana, integrada en la unidad persona, yacen las posibilidades de realización, de perfeccionamiento, de humanización. Ser hombre, dice V. Frankl, no reside en los hechos, sino en las posibilidades y agrega ser hombre no significa solamente ser otro, sino también poder ser otro. Esas posibilidades de ser otro, se cristalizan, en la captación y realización de valores, en la donación, entrega y compromiso como afirmación de la libertad y responsabilidad que le supone el ser persona.
Esas posibilidades, singulares y únicas, habitan desde el nacimiento en estado potencial y el hombre puede o no desarrollarlas en virtud de la autonomía y libertad que le son propias. Así podrá pensar y concretar a lo largo de la existencia su proyecto personal, ejercer la responsabilidad de sus acciones, autodeterminarse, es decir elegir –como señala Jaspers- aquel que quiere ser. Elige aquel que quiere ser, desde esa unidad y complejidad que es la persona, en donde habita el pluralismo dinámico de impulsos deseos, tendencias y también sus facultades y proyectos.
Preservar esa unidad, es luchar por preservar la salud. La salud, está signada por la unidad, en cambio la enfermedad está signada por la división. Salud es unidad, armonía, orden de impulsos, creencias, sentimientos, pensamientos, orden establecido en torno a un eje de valores objetivos, asumidos como tales desde la propia subjetividad.
Von Gebsattel expresa la salud es un trabajo constante, defensa victoriosa pero sin pausa, de las posibilidades constructivas de la vida, frente a su limitación, su hundimiento, su descomposición o, finalmente su supresión parcial o total, tanto en sus funciones elementales de la progresión vital como en los círculos funcionales superiores de la vida humana, del alma y del espíritu.
Cualquiera podría confirmar, con su propia experiencia, que salud es sinónimo de unidad y armonía. Cuando nos sentimos más plenos, es cuando vivenciamos la armonía de sentimientos, pensamientos y acciones. En cambio el desgarro, la desarmonía, el vivir divididos, el desorden, son aterradoras vivencias que nos produce la enfermedad y que nos conducen a la pérdida de sentido.
De lo expuesto, podríamos ya resaltar con claridad, que toda visión del hombre que participe, de algún tipo de reduccionismo, es en sí misma patógena, ya que de alguna manera, proviene y promueve la división quebrando así la unidad de la persona. Por el contrario, es marcadamente profiláctica, toda visión que sea unitiva e integradora, de todas las dimensiones del hombre. De aquí, el carácter de promotora de salud que encierra la Logoterapia de Viktor Frankl.
Esta idea fue explicitada por el maestro en su libro Logoterapia y Análisis Existencial en las siguientes palabras:."Hoy día es especialmente actual el peligro psicohigiénico del hombre originado por el nihilismo vivido".
La persona asoma al mundo, a través de su realidad corpórea y adopta distintas formas de aparecer. Estos modos de aparecer en el mundo, no siempre revelan la tan anhelada salud y armonía, sino por el contrario a veces manifiestan desorden, desequilibrio y otras tantas, severas patologías de personalidad. Estos desajustes conforman hoy, una larga lista de inquietantes problemas para la sociedad contemporánea: droga, suicidio, violencia intolerancia, discriminación, trastornos de la alimentación, entre otros, son conductas que, cotidianamente aumentan en muchos países del mundo y crecen a pasos agigantados en los países que componen el Continente Americano. A esto, debemos agregarle las consideradas hoy enfermedades de la gran urbe: cardiopatías, úlceras, accidentes etc.
Sin haber llegado, a padecer ninguna de las patologías mencionadas, cualquier persona sana, que observe la vida con mediana profundidad, se siente hoy afectada por el desamparo y desasosiego, por la incesante llegada desde todos los ámbitos de la cultura de mensajes patógenos, en los que se advierte el desconcierto y la confusión social en que vivimos.
Estamos asistiendo, a una sociedad, que día a día vive el derrumbe de la afectividad y creatividad, la ruptura de las tradiciones (hecho señalado con frecuencia por Viktor Frankl), y unido a esto la pérdida de los valores objetivos.
El sociólogo estadounidense Robert King Merton, ya en l938 en su teoría de la armonía, señalaba con gran sabiduría el desequilibrio que se generaba entre los objetivos que proporcionan ciertas culturas y los medios sociales necesarios para lograr esos objetivos. Esta situación, advirtió, hace que la persona vivencie carencias marcadas a nivel individual, y que con gran frecuencia cubra las carencias, con algunas de las substancias adictivas.
Esta situación de violencia cultural, destruye la mirada hacia adentro, impidiendo al hombre que alimente su mundo interior con lo real y verdadero, provocando un estado de anemia interno, de mediocridad, de pérdida de su libertad; propicio caldo de cultivo para que desarrolle perturbaciones individuales y por consiguiente alimente las patologías sociales, dando lugar al desarrollo de lo que :Frankl denominó "Neurosis de masa". Esta está caracterizada por cuatro síntomas: 1) actitud provisional ante la existencia, 2) actitud fatalista ante la vida, 3) forma de pensar colectivista, 4) fanatismo.
Ante ésta realidad, surge necesariamente las preguntas: ¿qué podemos hacer? ¿cuál es la misión que debemos cumplir aquellos que estamos ocupados por el ser y el acontecer del hombre? Realmente ¿somos verdaderos agentes de salud? ¿Velamos por una comunidad sana? Lo que sería igual a decir ¿velamos por el crecimiento de hombres libres, dueños de sí mismo y responsables de sus acciones?
Si entendemos que agente, según la definición de la Real Academia Española de la Lengua, es aquella persona o cosa que provoca un efecto sobre otro, es indiscutible que agente ya sea de salud o enfermedad somos casi todos; pero aquellos que por nuestro quehacer diario estamos más expuestos socialmente, somos los primeros que debemos cuidar la salud para cumplir responsablemente con la misión de ser verdaderos agentes de salud. Nadie puede brindar aquello que aún no tiene. Es necesario que tengamos bien en claro que también "nosotros" y no sólo "los otros", padecemos los males que hoy nos aquejan.
En la mayoría de los países, se habla de la crisis en la educación o del fracaso del modelo educativo, y de las malas campañas de prevención de salud como los causantes de los desordenes mencionados. Así se suceden planes de salud y de estudio, transformaciones técnicas, cambios metodológicos, provocando muchas veces mayor desconcierto en la familia y en la sociedad toda, ya que según conclusiones estadísticas, estos cambios no produjeron disminución de los males. A esta realidad se suma el excitante y peligroso momento histórico que atraviesa el mundo, cuando la decisión entre la aniquilación y la paz se encuentra en duda en muchos puntos del planeta, y el mundo se encuentra dividido en titánicas luchas entre fuerzas contrapuestas que, basados en la bondad de sus doctrinas, idolatran sus ideas, prometiendo él optimo desarrollo de las sociedades y la eterna felicidad del ser humano.
Ante tal realidad y compartiendo la idea de que la educación es un proceso de personalización, que ser persona significa unidad y que unidad significa salud
devienen las preguntas esenciales que hemos obviado en esos cambios
¿Qué es educar? , ¿Para qué educamos?. La necesidad de la respuesta surge inexorablemente marcando el apremio de ocuparse por lo importante.
Randy Sparkman, tecnócrata estadounidense contemporáneo, ensaya una respuesta: Educar –dice- es ayudar a nuestros niños a alcanzar su máximo potencial, no solo como seres económicos sino, fundamentalmente como seres humanos", y agrega: aunque hayamos ocupado con tecnología cada resquicio de nuestras vidas, la naturaleza esencial del hombre ha cambiado poco. Seguimos siendo seres motivados por los desafíos, discutidores, sociables, orientados hacia el trabajo dispuestos a tomar riesgos, regidos por el espíritu. Agrega: la tecnología evoluciona permanentemente mientras la naturaleza humana cambia tan lentamente que, parece perenne, la ironía de la era digital es que serán las habilidades "básicas", no las fundadas en la tecnología, las que permitan progresar a las personas.(1)
A estas habilidades básicas Sparkman las llama dones y aclara que estos dones no son construidos, comprados o cedidos, sino que son dados y alimentados por la transferencia de una actitud, de una disposición, de un rasgo que pasa de generación en generación y que se diferencia a menudo de los productos obtenidos por múltiples entrenamientos.
Agrega Sparkman: esta apuesta por las habilidades básicas, no es una simple apelación nostálgica a regresar al pasado. Esta sugestión se basa en el conocimiento de que, a medida que las máquinas digitales se insinúan cada vez más en nuestras vidas, serán las habilidades específicamente humanas, aquellas en las que las computadoras fracasan las que nos permitirán manejar nuestra tecnología y emplearla siempre que permita agregar valor y no confusión a nuestra existencia(2). La invitación de Sparkman, es una exhortación a no caer en el absurdo de la despersonalización, por la absolutización de la tecnología, sino que la tecnología sea incorporada a una formación más humana e integral. En síntesis que el avance tecnológico sea un medio que beneficie el desarrollo del proceso educativo y no el fin de la educación.
Juan Mantovani, filósofo de la educación, define a la educación como el tránsito en el individuo, de una infraestructura vital a una superestructura espiritual en la que se captan y realizan valores.
Cuando el proceso educativo se asimila a la adquisición de aprendizajes que no tienen por finalidad promover el tránsito a la superestructura espiritual estamos cerca de cumplir con aquel propósito de Watson, cuando afirmaba: "Denme una docena de niños sanos y bien formados y el entorno que yo determine para educarlos y me comprometo a escoger uno de ellos al azar y entrenarlo para llegar a ser especialista del tipo que sea médico, abogado, artista, hombre de negocios y, si, hasta mendigo o ladrón."(3) Sin duda se puede lograr ese objetivo pero, un hombre así tratado, es un hombre al que se lo ha degradado, deshumanizado, convertido en lo que Frankl denominó "homúnculo". Un hombre convertido en dócil objeto de manipulación. Habrá adquirido el dominio de destrezas y habilidades pero, no se ha tenido en cuenta que esas adquisiciones deben estar al servicio de colmar una profunda necesidad, que es la sed de dar sentido a su existencia, de desarrollar un proyecto de vida, de descubrir e incorporar valores, como el necesario camino a la felicidad.
El hombre que no ha satisfecho, esa sed de sentido y realización es muy posible que navegue por la vida pero, muy fácilmente se ignore perdiéndose a sí mismo e ingrese en las listas de personas que padecen algunas de las patologías de la época. En síntesis será un hombre enfermo.
A propósito de esto escribió Federico Mayor Zaragoza, director de la UNESCO.
"Educar no es solamente inculcar saberes es despertar ese inmenso potencial de creación que anida en cada uno de nosotros a fin de que podamos desarrollarnos y contribuir mejor a la vida en sociedad. Por eso lo que más falta hace hoy en día, lo que reclaman, de nosotros de manera más o menos explícitas los jóvenes, en particular, los adolescentes que concluyen sus estudios secundarios son referencias, una brújula, una carta de navegar. Urge que les proporcionemos esa orientaciones so pena de enfrentarnos con grandes trastornos sociales y tenemos que hacerlo lo antes posible si no queremos que nuestros nietos murmuren refiriéndose a nosotros esa frase terrible de Albert Camus: " Pudiendo hacer tanto, se atrevieron a hacer tan poco " (4).
Las palabras de Zaragoza, tocan muy de cerca y surge una nueva pregunta, ¿qué responsabilidad nos cabe para que las palabras de Camus no se tornen realidad?.
Jain Etcheverry, médico argentino, señala con acierto: el fracaso en la educación es ante todo, el fracaso de un modelo cultural y de un sistema de valores que, si bien ensalzan las virtudes de la educación y el conocimiento, erigen como ejemplos de vida y de conducta justamente los modelos opuestos. Agrega los niños y jóvenes quizás no comprendan lo que leen en los libros, pero comprenden muy bien lo que leen en la sociedad:
Seguramente, el apartarnos de los planteos esenciales, hizo que nos quedáramos en el cumplimiento a medias, del verbo "Educar". Educar, significa sacar, extraer, pero, también es guiar y acompañar, hacia el logro de un mayor perfeccionamiento... Es imposible, plantearse la posibilidad de acompañar y guiar sin una reflexión profunda acerca de los valores.
Acompañar y guiar, supone la activación de la dimensión dialogal afectiva e íntersubjetiva de la persona, que por estar estrechamente ligada a la problemática de los valores, constituye uno de los aspectos que más puede ayudar a la superación de la crisis educativa, y con ello a la prevención de alguno de los males que nos aquejan. A modo de síntesis de lo expresado cabe señalar lo que considera Allers como meta de la educación, dice: la educación debe tener como meta "el establecimiento de un ajuste entre la actitud subjetiva ante los valores y la validez objetiva de los valores, y la realización completa de todas las posibilidades positivas que se encuentran dentro de la propia persona".
Los valores, esas realidades capaces de despertar el interés vital de la persona o de estimular su perfeccionamiento, son descubiertos por el hombre en el mundo que el mismo habita.
La intencionalidad cognitiva y la intención valorativa, interactúan conjuntamente, emergiendo ambas del fondo mismo de la persona, y es en el encuentro con el otro, en el ámbito de la ínter subjetividad, donde el valor resplandece y aparece en su verdadera magnitud.
Lo más vivo de la vida del yo se plenifica sólo en el encuentro con el otro, sólo hay persona si hay referencia a otra persona.
Es el primer encuentro, la relación madre –hijo, la referencia originaria de la existencia del encuentro con el otro. Sólo en el encuentro con los demás, con el mundo y con la cultura, es comprensible la vida del hombre. En su relación con el otro, el hombre teje indisociablemente los dos aspectos de su relación con el mundo: el conocimiento racional y la comunicación afectiva.
Expresa Längle: la vivencia del valor comienza con la aseveración: yo existo y tu existes y nos encontramos. No hay vivencia del valor, en ausencia de tal relación. La vida humana. es esencialmente relacional.
Algunos de los modos, de la dimensión dialogal, se inscriben en la relación padre -hijo, docente-alumno, terapeuta-paciente. Esta relación, para ser tal, debe estar signada por la apertura, el diálogo y el encuentro de intimidades que, se entregan en mutua donación. Sólo en la medida que padres, docentes y terapeutas, entre otros, construyamos una personalidad sana, es en la medida que éste encuentro será un potencial de salud para ambos.
Veamos desde la perspectiva de la logoterapia que supone una personalidad sana, para esto nos remitimos a los conceptos vertidos por el Dr. G. Acevedo en su libro "El modo humano de enfermar". Quien escribe que la salud supone:
- Sentido de vida, en un plan de vida incluido en un proyecto familiar y social,
- Posibilidad de escribir la propia historia vital en la propia familia, el trabajo y la comunidad.
- Posibilidad de expresar lo –no dicho- en el diálogo y la reflexión.
- Posibilidad de sentirse querido y de querer, privilegiando el encuentro con el otro.
- Posibilidad de transformar y de transformarse.
- Posibilidad de comprometerse, de participar y de sentirse participando.
- Posibilidad de establecer vínculos afectivos y solidarios y de convivir.
Sin duda, una personalidad así configurada, denota salud en la unidad y puede promover salud a los otros hombres; saliendo de él mismo y sin dejar de ser uno mismo.
Solo, en el espacio de comunicación viva y existencial entre personas, es posible transmitir salud. Sólo este encuentro es el que permite y da valor al acto educativo.
Escribió V. Frankl en su libro "El hombre doliente": la única posibilidad de que la humanidad sobreviva es la del encuentro de todos los pueblos en una tarea común.
Hoy hay en el mundo –según datos vertidos el 28/4/00 por la UNESCO y UNICEF en el Foro Mundial de Educación – 880 millones de adultos analfabetos y 113 millones de niños sin escolaridad.
¡Que el encuentro de todos los pueblos sea en la tarea de educar cumpliendo la misión de humanizar, con la esperanza de lograr la tan ansiada salud y transformación del mundo de la vida!. Entonces sí podremos decir: ¡hemos cumplido la misión de ser verdaderos agentes de salud! “
BIBLIOGRAFIA
Acevedo, Jerónimo. El Modo Humano de Enfermar. Editorial Fundación Argentina de Logoterapia "Viktor Frankl", 1994.
Bernabé Tierno, Antonio. Master en educación Editorial Temas de hoy, Madrid, 1993.
Jain Etcheverry, Guillermo. La tragedia educativa. Editorial Fondo de Cultura Económica Bs. As., 1999.
Frankl, Viktor. Psicoanálisis y existencialismo, Editorial Fondo de Cultura Económica, Bs. As., 1991
Fankl, Viktor. El hombre doliente. Editorial Herder, Madrid, 1994.
Frankl, Viktor. Logoterapia y análisis existencial. Editorial Herder, Madrid, 1994.
Leocata, Francisco. La vida como experiencia del valor. Centro de Estudios Salesianos, Bs. As., 1991.
Landaboure, Noemí Boado. De la relación pedagógica como encuentro existencial. Revista Logo Nº 24 Bs. As., 1997.
CITAS
Jain Etcheverry. "La tragedia educativa " pág. 151.
Jain Etcheverry. op cit 152.
Bernabé Tierno. Master en educación" pág. 25.
Jain Etcheverry. op cit pág 200.
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